Nada se compara a la personalización de objetos, prendas, accesorios, etc. Y si nos referimos a Louis Vuitton, hablamos de algo con alto nivel. Entonces, conjugando ambas cosas, obtenemos un producto fantástico; tal como un bolso Mon Monogram con nuestras propias iniciales, o una valija con cintas personalizadas, agendas y billeteras con nuestros nombres o números favoritos y hasta baúles de viaje, de donde salen catres plegadizos, un cambiador con cortina incluída o un baúl acorde al traslado de sistemas de audio. Impresionante pero real, un mundo paralelo y divine. Ready to die!