El grunge de la década de los '80 se caracterizó por desarmar las estructuras a nivel social, haciendo su máximo incapié en la música y la moda, como los disparadores de toda expresión instantánea. Por aquel entonces las camisas de tartán combinadas con jeans y zapatillas entre sucias y rotas eran el "must" del movimiento. Aquel género se presenta en la actualidad con su versión renovada: más chic, con toques boho y que también refleja sus orígenes musicales mezclando y fusionando a la perfección los estilos rocker y punk. Desde jeans o mini shorts rotosos y deshilachados, remeras estampadas con bandas icónicas y precursoras (como Nirvana) o inscripciones reboltosas, hasta faldas XXL, chaquetas con detalles de cuero y muchos cierres, Converse con plataformas, cut boots, foulares larguísimos, calzas trash, la vuelta de las backpacks y bandoleras folk. Todo fusionado perfectamente reflejando aquel espíritu de "desinterés" absoluto.
El estilo grunge está más vivo que nunca, y vino para quedarse por varias temporadas.
