Los colores metálicos forman, tal vez, la tendencia más fashionista de la temporada veraniega. No son únicamente sus colores los que llaman la atención sino también sus tejidos de estampados barrocos o sus texturas sintéticas o engomadas que llegan a emplearse en todo tipo de prenda, accesorio y calzado. Con recursos llamativos como drapeados, recortes, pinzas o frunces, aquellos lisos tejidos terminan siendo el centro de atención del total look. Más o menos ajustados, todo vale: desde chaquetas bikers, hoodies y zapatillas, hasta bandoleras o mini shorts. El dato está en que se ha convertido en una tendencia que no respeta horarios (al igual que las lentejuelas desde hace bastante tiempo), es decir que funcionan tanto de día como de noche.
