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15 octubre 2014

30STM en Argentina: el arte de un buen show

Si, es un fashion blog pero también forma parte de mi lugar para opinar sobre lo que considere interesante y obviamente siempre será referido y traído hacia el costado fashionista. Esta vez tengo bastante para comentar sobre lo que fue el recital de 30 Seconds To Mars en Argentina, el pasado fin de semana.
La banda diagramó su gira mundial en donde la Argentina figuraba dentro del tour latinoamericano que abarcaría los meses de abril y mayo. Debido a cuestiones de salud de sus integrantes la pospusieron para octubre. Al arrimarse la fecha de mayo, el estadio Luna Park ya se encontraba sold out por lo que decidieron agregar un segundo show al día siguiente en el espacio de La Rural en Palermo. Con entradas al valor de $700 (casi el doble del valor de la primera función) que seguían promocionando durante su primera fecha, prometieron brindar un show "más íntimo". Por mi parte, me quedé con la primera noche y me perdí los shortcitos satinados rojos de Jared.
De pronto se apagan las luces blancas y se encienden las del escenario en colores violáceos. Arranca la introducción que nos predispone a captar todos los sentidos y de repente aparece en escena Shannon Leto bailoteando al ritmo de Up In The Air mientras sube a su pedestal en donde se encuentra la batería. Es seguido por Tomo que se ubica a la izquierda del escenario, el resto de la crew y por último el frontman, y la razón por la cual una gran mayoría sigue a la banda: Jared Leto, y acá me detengo para hablar de lo que realmente quería: su vestimenta.
Jared sale a escena vestido con una corona dorada de -nada menos- Dolce And Gabbana, con sus pelos largos sueltos con ombré rubio y una túnica violeta. Para quienes no saben, el violeta es símbolo de adoración, ya desde las primeras civilizaciones en dónde los únicos habilitados para utilizarlo eran la realeza y los sacerdotes. Es un color que conecta con la espiritualidad y la serenidad, gran capacidad que tiene él al lograr silenciar a un estadio completamente colmado de gente obnubilada por su sola presencia en el escenario. También es un color que se conecta con los impulsos artísticos y musicales, y que vislumbran sabiduría, independencia, y lo más importante: transgresión. Todos adjetivos calificativos que perfectamente le sientan a la banda, a él como artista y seguramente también como persona.



Al 3er tema, This Is War, se lanzan las pelotas de colores a modo de recreación del artwork del disco que contiene los lunares de Damien Hirst de su obra "Isonicotinic Adic Ethyl Ester". Para el siguiente tema se lanzan papelitos plateados y Jared se quita su túnica, ahora vestido con pantalones ajustados y una musculosa estampada en dorado con su sello de enormes sisas que llegan hasta la cintura; todo de negro, claro. Continúa el show y mientras el spotlight lo enfoca a Tomo haciendo su solo de piano, Leto se saca su musculosa, ¿un clásico del frotman hambriento de egocentrismo?





Hacia el final del -corto- show (con un total de 11 temas) el cantante agarra su delantal blanco con dibujos e inscripciones, retoma su corona dorada y finaliza el concierto al ritmo de Closer To The Edge entre medio de los fans que obtuvieron su acceso VIP para subir al escenario.
Si bien se encontraban presentando su último disco Love, Lust, Faith + Dreams supieron mezclar 3 (si, tres) temas del anterior. Tampoco faltó The Kill y Beautiful Lie a gritos pelados de los más fanáticos.
Me queda la duda de cómo balancear lo que es poco y lo que es mucho dentro de un show, habiendo presenciado uno tan particular como éste. Por un lado la energía de su música con exceso de gritos y participación de los espectadores, mientras que por el otro se encuentra la armonía del recital que logra que ni te des cuenta que se pasó una hora. Los altibajos que conjugados son increíblemente alocados y denotan una perfecta consciencia de la banda respecto de lo que pueden lograr sobre un escenario.
A raíz de no haber encontrado ninguna reseña ni crítica sobre el show, me resta preguntar si es que esa consciencia de la banda no permitió el ingreso a la prensa, sabiendo que puede generar algunas criticas en cuanto a cuestiones básicas. Dejando de lado mi enorme admiración hacia Jared Leto, y siendo lo más objetiva posible, es un show que definitivamente vale la pena vivir y hasta diría más de una vez, porque asombra la capacidad de manejo escénico que posee el artista.