Es martes y ya deseo que sea viernes. Espero que la semana pase YA, no quiero saber más nada hasta el próximo viernes.
Para colmo –y como si fuera poco- me fui con mis amigas a tomar algo al Starbucks (as always) y terminamos deprimiéndonos con los locales de marroquinería y con los hermosos zapatos que hay en el shopping. Lo que ellas no notan es que fomentan mi adicción a los zapatos. O sea.