Luego de madrugar (literalmente) después de MESES y tener un viaje ultra turbulento, arribamos a destino. Me quedé con muchísimas ganas de comprar en el free-shop, pero las cosas que me quedaron pendientes las compraré a la vuelta. Lo cómico de esto es que habiendo chequeado el clima del lugar previamente y cargar de ropa primaveral la valija, al llegar el clima es demasiado diferente a lo que marcaba el pronóstico –cosa que no me sorprende para nada-. Esperemos que coopere con el pasar de los días porque voy a tener que correr a comprar ropa de abrigo ¡para no estar toda la estadía con la misma campera! En cuanto al lugar… Tuvimos muchos conflictos (que ahora que están solucionados son graciosos): nos dieron una habitación con las cañerías del baño rotas, asique cuando quisimos entrar al baño, estaba inundado. Además, no había frazadas ni blanquería de abrigo, tampoco funcionaba la caja digital de seguridad y los cajones de los guardarropas están a punto de caerse por completos. Es decir, pagas una habitación para que al llegar no esté en condiciones. Por suerte todo fue solucionado al rato de llamar a la recepción. El plus, es que el aire acondicionado estaba a 27°C después de pasar un calor inhumano en el avión! Too much.
Mantengo que lo mejor del día ha sido ir a almorzar: degustación regional, sentados en el deck exterior del lugar y de fondo sonaron Joss Stone, Beyoncè y Adele entre otros. Además de la siesta ultra-reparadora que me tomé después instalarme en la habitación.
Mañana será otro día, ahora a dormir porque como es obvio, mañana hay que madrugar nuevamente! A continuación subo algunas de las miles fotos que saqué el día de hoy…
Con la hermosa y loquita prima tocaya, Sofía.