¡Hola! ¡Que hermoso jueves! Veo un día genial desde la ventana de mi habitación. Acá en Buenos Aires está nublado, y está divino. No hay cosa que me agrade más del otoño, que éstos típicos días nublados. Bueno, mi estado sigue siendo deplorable. Menos que el que tenía ayer y sus días anteriores, pero aún sigo con medicamentos y todo lo demás. No puedo dejar de verle el lado positivo a todo esto: estar en cama la mayor parte del día –casi un setenta porciento diría-, desayuno en la cama, merienda y comidas también. No salir de casa temprano a la mañana –a horas infrahumanas-, no ir al colegio –por ende, no tener que soportar a nadie indeseable- y… Eso es suficientemente agradable. A veces, me conformo ¡con muy poco! Que tengan un jueves divino!